lunes, 8 de octubre de 2012

EPISODIOS NACIONALES, Serie segunda: 1. El equipaje del rey José, de Benito Pérez Galdós

Edición: Libro electrónico
Páginas: 194

Esta novela, la primera de la segunda serie de los Episodios Nacionales: El reinado de Fernando VII
, la publicó Benito Pérez Galdós en 1875

El equipaje del rey José define irónicamente el botín que las tropas francesas abandonaron en su retirada de la península ante el empuje de las guerrillas y el ejército mandado por Wellington, principalmente tras la batalla de Vitoria, uno de los últimos episodios de la Guerra de la Independencia. Un nuevo personaje, Salvador Monsalud, toma el relevo de Gabriel de Araceli a la hora de vertebrar  la narración de los sucesos históricos en esta «Segunda serie».

Comienza así:

"El 17 de Marzo de 1813 salieron de palacio algunos coches, seguidos de numerosa escolta, y bajando por Caballerizas a la puerta de San Vicente, tomaron el camino de la puerta de Hierro.”

LEIDO por.... Andrés:

Cambia Galdós de protagonista, deja a Gabriel de Araceli, casado y bien situado, y elige a un afrancesado, además enrolado en el ejercito francés, lo que le permite presentarnos el enfrentamiento creado entre los españoles de entonces según su posicionamiento ante la invasión y las ideas francesas y que tanta importancia tendrían para nuestra historia futura. Este Salvador Monsalud, del que dicen: 
"—¡Perdido, perdido para siempre! —exclamó D. Fernando con inmensa angustia—. ¡Sin honor, sin principios, sin patriotismo, sin religión, sin lazo alguno con la sociedad, ni con España, ni con la familia, ni con Dios…! ¡Oh qué aflicción, qué castigo, Dios mío!"
y que las muchas necesidades le inclinaron a afrancesarse, pero fiel cumplidor de su palabra, “Una vez dado este paso, ya no puedo volver atrás, porque el honor me prohíbe vender a los que me han dado un pedazo de pan para vivir y una espada para que los defienda.”, no quiso dar marcha atrás hasta que estaba en peligro su vida.

Y como antagonista tenemos a
"Carlos Navarro, el hijo de D. Fernando Garrote, es la admiración de esta villa y el honor de todo el país de Álava"


Ambos enfrentados por sus actitud ante la invasión, por sus ideas y por una mujer, Genara,  que
"era una muchachuela bonita, de apariencia delicada y casi infantil" pero de la que Galdós, anticipándonos su conducta  nos dice también: “ esta hermosa bestiecita, esta mujer linda y profunda, este hermoso vaso lleno de tempestades, y que conteniendo el Océano parece una redoma de peces



 "Madrid y su palacio y su polvo y su claro cielo y su aire sutil 
no fueron ya para el hermano de Bonaparte más que un recuerdo."

Cambia también Galdós de voz y de focalización. Si en la primera serie Gabriel era el narrador y foco de ésta y todo no lo contaba en primera persona, en esta segunda se trata de un narrador omnisciente, que cambia de focalicación en su narración.

Y como siempre, un humor que a mi me encanta:
 
  • "—Todavía no es el tiempo de la bellota, señores —repuso otro, que se preciaba de no abrir la boca sin regalar al mundo alguna frutecilla picante y sabrosa del árbol de su ingenio."
  • "Repartió de plano con seguro puño algunos golpes, y sin ser Papa creó gran número de cardenales en menos que canta un gallo. "
  • "(Tumulto y extraordinaria sensación, acompañada de sonoros bramidos y vocablos que no lleva en sus blancas páginas el Diccionario por miedo a ruborizarse)."
  • "dándole a la lengua sin descanso por espacio de dos horas, azotaron a medio mundo con la piel arrancada al otro medio."
  • "Serafinita pecaba de caprichosa, holgazana, embustera, y tenía más vanidad que una princesa, gustando mucho de emperifollarse, y sobre todo de aparentar posición y suponer posibles muy superiores a lo que en realidad tenían ella y su marido, pues reunida la fortuna inmueble de entrambos, allá se iba con la nada."

 

Caricatura alusiva al apodo de Pepe Botella. Abajo se puede apreciar:
Cada qual tiene su suerte, la tuya es de borracho hasta la muerte.

Aunque el cambio de registro nos dificulta el entrar en la novela en las primeras página, con una trama folletinesca y su admirable prosa vuelve a engancharnos y para que no podamos parar de leer esta segunda serie, el libro acaba con el máximo suspense, como en la más pura novela de entregas. 

Batalla de Vitoria, el 13 de junio de 1813, de Starely

Algunas palabras o expresiones que me han gustado, han sido:
Desventuradas aventuras
Este chico tiene la cabeza a las once y está podrido de ella.
Tierra del garbanzo
Tenía la llave dorada

Palabras recuperadas, bueno, más bien anticipadas:
no es ninguna familia de tres por un cuarto
punto en boca
perdona-vidas
Poner en salvo

Palabras o expresiones que me han sorprendido:

Cucharetear


Mi cachico:
 

"Los ingleses llegaron despiadados, horribles, hambrientos de matanza y de botín, como hombres que habían estado luchando todo el día por ambas cosas. Precipitáronse entre la multitud, mas como no podían avanzar a causa de los entorpecimientos del camino, les fue difícil perseguir a los fugitivos, y toda la saña recayó sobre los que no habían podido escapar.

El botín era el más magnífico, el más rico y grande sin duda que en batalla alguna ha podido quedar a merced de vencedor furioso. Componíase de todo: en él había armas, material de guerra, víveres, alhajas, dinero y hermosura. No puede formarse idea de la apasionada codicia, de la brutal concupiscencia, del vengativo ardor con que los ingleses primero y los guerrilleros después cayeron sobre el magnífico tesoro abandonado. La menor resistencia producía la muerte. En poco tiempo todas las cajas fueron abiertas, todos los tesoros aprehendidos, muchas riquezas holladas.

Joyas, ropas, telas finísimas, muebles, cuadros, plata labrada, monedas, víveres de lujo que constituían la despensa ambulante de José, fueron esparcidos por tierra, y mil manos febriles arrebataban de un lado para otro los preciosos objetos. Según el genio de cada cual así se iban derechos los unos al oro, otros a las mujeres, y algunos a destrozar por puro instinto dañino cuanto veían delante. Entre las desgraciadas familias que se vieron en tan tremenda hora, hubo algún individuo que se dio la muerte antes que le pusieran la mano encima los feroces partidarios. Las señoras imploraban de rodillas piedad para sí y sus tiernos hijos, siendo muy contadas las que la alcanzaron. El vencedor es la más brutal e insensata bestia que engendra el mal en las tempestades humanas. Para esta electricidad furibunda que sabe elegir el sitio donde cae, no existe pararrayos."

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